3 lecciones en el triatlón de los Juegos Olímpicos de París

Hoy se han celebrado dos de las tres carreras de triatlón que hay en los Juegos Olímpicos de París. Falta la de relevos. A las 8 de la mañana corrieron las chicas y después tuvo lugar la carrera masculina. Pero no vamos a hablar de quién ganó o quién perdió. Sino que quiero destacar tres posibles lecciones que nos hemos llevado en esta jornada de nuestro deporte.

La carrera termina al cruzar la meta

En el segmento de carrera de la tanda masculina vimos como hasta los últimos 300-400 metros el triatleta neozelanés, Hayden Wilde, lideró la carrera con un cierto margen sobre el británico Lee. Pero con un soberbio último kilómetro Yee logró adelantar al oceánico. Escuchando las retransmisiones los comentaristas daban el oro a Wilde y hasta comentaron que la dupla francesa se acercaba al inglés. Pero con un ritmo infernal descubrimos que Yee guardaba una última bala y lograba el oro.

Un ejemplo de que hasta que no se cruza la meta no hay nada fijo. Que hasta que no se para el crono se puede luchar cada metro. Desde el deporte hasta en la vida personal. Tener una mentalidad de que podemos luchar por cada metro, para lograr eso que buscamos es algo que nos va a servir en casi todo.

No solo es fuerza física, también estrategia

En las pruebas de triatlón de hoy pudimos ver que la estrategia fue fundamental en el desarrollo de la prueba. Con una natación en la que la mitad era «cuesta arriba», luchando contra la corriente. Corriente que era menos fuerte en las orillas del Sena, por lo que vimos una escena muy peculiar en la que los triatletas abandonaban la trazada más corta entre bollas y formaban una hilera en la orilla. Al final buscaron reducir el esfuerzo y guardar fuerzas para el resto de la carrera.

De la misma forma en el segmento en bici vimos como grupos pequeños terminaron juntándose y como deportistas como el español Alberto González, iba a cola del grupo, aprovechando esas ruedas de los contrincantes y así ahorrando energías que le permitieron conseguir un increíble octavo puesto.

Equipo y respeto

En la carrera de los chicos me gustaría resaltar dos fotografías, dos momentos. El primero es cuando el compañero de selección británica de Yee se hizo a un lado y comenzó a aplaudir al que, a la postre, sería medalla de oro. Acostumbrado a ver el triatlón como un deporte individual, en el que cada uno hace su carrera, es de agradecer ver como a este nivel hay equipos o selecciones que hacen un trabajo como equipo. Apostando y trabajando para uno.

La segunda fotografía es la que ilustra este post. Llegada a meta de los primeros. Yee está sentado y según termina Wilde, medalla de plata, se sienta junto al que le acaba de robar el oro en el último suspiro y se felicitan. Así están un rato. Competidores en la pista, pero con un respeto mutuo que llama la atención. Para mi es uno de los mejores momentos de los Juegos Olímpicos.

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