Atentos a las claves de la medalla de Leo Bergère “en la carrera a pie se salió a 2:43 el kilómetro, no era el ritmo a seguir”
UNA CARRERA IMAGINADA DESDE HACE AÑOS
El ciclo olímpico dura desde que terminan unos Juegos Olímpicos hasta que comienzan los siguientes, y ese ha sido el tiempo que ha tenido el francés Leo Bergère la carrera de París en la cabeza: “el objetivo no era la clasificación para París, el objetivo era llegar fuerte y en el mejor estado de forma de mi vida”.
Y es que desde que el triatleta francés comenzó su carrera profesional en el triatlón, siempre ha tenido en mente forjar su camino hacia una medalla olímpica: “desde que comencé me dije a mí mismo que encontraría mi propio camino junto a gente como Gómez Noya, quien ha sido mi ídolo desde que comencé en el triatlón”. Por eso, con la medalla de bronce en su cuello, Leo Bergère ha cumplido uno de los grandes retos deportivos de su carrera.
Además, el hecho de que la carrera se celebrara en su Francia natal y que pudiera compartirlo con sus seres más allegados ha hecho que su felicidad haya sido mucho mayor: “ahora estoy liberado tras semanas de duro trabajo con un solo objetivo en la cabeza. Estoy liberado por haber podido rendir bien el día que debía hacerlo y haber podido compartirlo con los míos, mi novia, mi familia y mis amigos”.
LA INCERTIDUMBRE DE LOS DÍAS POR LA CANCELACIÓN DE LA PRUEBA
La carrera de triatlón en París ha sido un reto para todos los deportistas, no solo por la competición en sí, sino también por la incertidumbre que hubo sobre la posible cancelación de la prueba. Tal fue así que la prueba masculina se tuvo que posponer un día la misma mañana en la que se tenía que celebrar: “estaba desayunando mi arroz y mi café a las 04:00 de la mañana junto a Dorian y Pierre cuando nos dieron la noticia de que la prueba se retrasaba un día”.
Una noticia que produjo un mayor estrés a todos los triatletas y que el propio Leo Bergère confiesa que usó como posible ventaja a su favor: “en esas circunstancias, sin saber si la prueba se va a realizar o posponer, la gente lo pasa muy mal y pierde energía. Yo aproveché para intentar sacar ventaja de esa situación e intenté estar super tranquilo mentalmente”.
El cambio de fecha supuso también un cambio de horario, retrasando la prueba masculina de las 08:00 de la mañana a las 10:45. Esta circunstancia también influyó en el desarrollo de la prueba, ya que las condiciones de calor y humedad fueron bastante más exigentes: “me vino bien tras Font Romeu entrenar en casa con temperaturas de 35º ya que con la carrera a las 10:45, las condiciones de humedad y calor fueron más duras y se notó”.
LA CARRERA, SEGMENTO A SEGMENTO
NATACIÓN
La natación en el río Sena, con una corriente absolutamente brutal, condicionó la prueba desde el principio. El francés, quien salió desde la parte central del portón, pudo sortear la primera de las dos vueltas de manera brillante: “en la natación hubo aspectos tácticos y técnicos muy importantes, sobre todo tras pasar la primera boya, ya que nos encontramos con la corriente en contra y era muy importante colocarte en la mejor zona. Yo lo hice muy bien y salí 6 o 7 de la primera vuelta”.
Aun así, la segunda vuelta supuso un pequeño infierno para Leo Bergère, que vio cómo la corriente le hizo perder muchos metros y perder el grupo de cabeza: “en la segunda vuelta no lo hice tan bien y la corriente me alejó un poco y perdí unos 25 metros y unos 12 puestos. Fue un error que me pasó factura al final de la natación, ya que salí con Alex Yee, que se supone que es peor nadador”.
CICLISMO
El segmento ciclista el triatleta francés lo comenzaba con las instrucciones de su seleccionador bien presentes en la cabeza: “las instrucciones eran no ayudar en la persecución si Alex Yee estaba en un grupo trasero y había algún francés en el grupo delantero. Así que al principio de la bici mi estrategia fue esperar hasta que Alex Yee y yo, junto al grupo, llegamos a cabeza de carrera”.
Aun así, los seis escapados enseguida fueron cazados por el grupo perseguidor donde venían Leo Bergère y Alex Yee, entre otros. Un grupo donde no estaban dos favoritos como Hayden Wilde y Kristian Blummenfelt: “al llegar al grupo de cabeza, intenté empujar fuerte en bici dando relevos duros para que no entrase Wilde. Aun así, el neozelandés, gracias a la ayuda de su compañero de equipo, pudo entrar en el grupo de cabeza junto a Blummenfelt”.
Finalmente, a pesar del gran trabajo del compañero de selección de Hayden Wilde y de formarse un gran grupo cabecero que iba a luchar por las medallas, el francés no se vino abajo y se mantuvo con la mentalidad positiva: “cuando se hizo el gran grupo, no me vine abajo ya que confiaba en mi mejora en la carrera a pie que había tenido desde el invierno. Estaba confiado”.
CARRERA A PIE
Los diez kilómetros de carrera a pie iban a ser los que dictasen las medallas de los Juegos Olímpicos de París, como ya se intuía desde el principio. Todos los triatletas estaban preparados para ello y se vio desde los primeros metros, cuando el ritmo con el que se empezó a correr era brutal: “se empezó a un ritmo de 2:43 el kilómetro y yo decidí comenzar más tranquilo, esa fue mi estrategia”.
Ya en el kilómetro 1, los dos máximos favoritos, Alex Yee y Hayden Wilde, cogieron cierta ventaja respecto a un gran grupo perseguidor donde estaban Leo Bergère y Pierre Le Corre, entre otros: “trabajé muy bien junto a Pierre Le Corre para romper el grupo e irnos, y luchamos fuerte para ser 3º y 4º. En la última vuelta ataqué para que no nos pillasen el grupo de atrás”.
Finalmente, Leo Bergère logró uno de sus grandes objetivos desde que comenzó en el triatlón y se hizo con la medalla de bronce en un final de infarto, donde incluso llegó a pensar que el premio podría haber sido mayor: “pensé incluso que podía mejorar el 3º puesto porque la explosión de Hayden Wilde fue brutal”.