Laidlow completa un half local mientras lucha contra su propio cuerpo
El campeón IRONMAN afronta una carrera contra sí mismo mientras lucha contra la fatiga y un misterioso desgaste físico que amenaza su año deportivo.
Con la voz entrecortada y la mirada puesta en un objetivo claro, Sam Laidlow (25 años), vigente campeón de Ironman, confesó lo que muchos sospechaban: su temporada pende de un hilo. Este domingo, el francés no compitió contra rivales, sino contra su propio cuerpo, en un humilde half local en Argelès-sur-Mer, al sur de Francia. La prueba, organizada por un club con profundos lazos familiares (su padre fue entrenador y su madre, presidenta), se convirtió en un termómetro decisivo para su futuro inmediato.
«Llevo meses luchando contra mi propio organismo»
En un descargo emocional grabado para su canal de YouTube, Laidlow detalló una crisis física que arrastra desde enero: espasmos nocturnos, fatiga crónica y una alarmante falta de adaptación al entrenamiento. «Entrenaba, pero mi cuerpo no respondía. Hasta mi frecuencia cardíaca empeoraba en lugar de mejorar», admitió. Tras consultar a médicos y probar protocolos de recuperación, la incógnita seguía ahí: ¿podría resistir una carrera larga sin colapsar?
El half de este fin de semana —con un recorrido «brutalmente técnico y con puertos empinados»— fue su campo de pruebas. «No vine a ganar, sino a escuchar a mi cuerpo», reconoció. Pese a llegar con solo 8 horas semanales de entrenamiento (frente a las 25-30 de su peak), completó la prueba con una mezcla de alivio y cautela: 3:35 min/km en la carrera a pie y 335W normalizados en bici, lejos de sus estándares, pero suficientes para confirmar que, al menos, no hubo colapso.
La decisión pendiente: Roth y Niza, ¿o parar definitivamente?
Con los datos en la mano, Laidlow tiene ahora un dilema: «Si en dos semanas me siento recuperado, iré a por todo en Challenge Roth (7 de julio) y luego al Campeonato del Mundo en Niza (septiembre). Si no, debo parar. No tiene sentido arriesgar mi salud». El francés ahora prioriza encontrar la raíz de sus problemas físicos, que él mismo vincula a años sin descanso real.
Entre relojes de lujo y recuerdos de infancia
Fuera de las pistas, el video mostró un lado más personal: desde un arriesgado salto mortal en la piscina donde nadó de niño («¡Llevaba 5 años sin intentarlo!») hasta su visita a la relojería Pere Serrat en Girona, donde recogió cinco nuevos modelos de su patrocinador Breitling. «Son piezas con historia, como la mía», bromeó, mostrando un Aerospace Avantage, su favorito.
¿El último cartucho de Laidlow?
Mientras analiza sus próximos pasos, el mundo del triatlón espera. Si Roth confirma su mejoría, Niza podría ver una batalla épica por el bicampeonato. Si no, 2025 quedará como el año en que Laidlow aprendió a frenar para volver más fuerte. «Quiero ese título mundial otra vez —concluyó—, pero solo si mi cuerpo dice ‘sí'».