¿Qué es el desacople cardíaco y por qué debería importarte?
Cuando empezamos a entrenar solemos hacerlo a pelo, sin recabar más datos que el tiempo, distancia y velocidad. Entrenamos por sensaciones y como mucho ritmos. El siguiente paso es comprar un pulsómetro y así añadimos a las métricas los latidos del corazón y de esa forma aparecen por primera vez «las zonas de entrenamiento».
Lo más seguro es que en este momento de nuestra vida deportiva nos quedemos un largo tiempo, por lo menos corriendo. Hasta que aparezca en nuestra casa un dispositivo que hará que nos enamoremos un poco más de las métricas y en algunos casos nos obsesionemos. Sí, como ya habrás adivinado se trata del potenciómetro.
Pero no nos desviemos del tema, que hoy quiero hablar de un concepto que no solemos tener muy en cuenta cuando entrenamos y hay que prestarle atención. Se trata del desacople cardiaco.
¿Qué es el desacople cardíaco?
El desacople cardíaco en el deporte, y sobre todo en los de resistencia, es un fenómeno que se refiere a una pérdida de la relación normal entre la frecuencia cardíaca (FC) y la potencia (o velocidad) durante el ejercicio prolongado o intenso. En términos mundanos, significa que la frecuencia cardíaca aumenta de forma desproporcionada en comparación con la intensidad del ejercicio, lo que indica fatiga cardiovascular o problemas de eficiencia o entrenamiento en el período de base.
Vigilar este desacople cardíaco es clave para valorar si la adaptación cardiovascular que queremos se está llevando a cabo de la forma más adecuada. Pero es muy importante que cuando valoremos ese dato lo hagamos en condiciones normales en los entrenamientos.
Causas del desacople cardíaco
Como hemos visto, no tener una relación adecuada, es decir, demasiado pronto, entre potencia/ritmo y pulsaciones cardíacas puede verse causado por una serie de factores, como pueden ser:
- Una mala planificación del período de base en la planificación de la temporada. Aunque no lo veamos esencial, las primeras semanas de entrenamiento de la temporada hay que tomársela muy en serio.
- Interpretación errónea en una prueba de laboratorio o FTP. Aunque las consideremos mágicas o sagradas. Las pruebas de esfuerzo no solo hay que hacerlas adecuadamente, sino que hay que saber interpretar los datos que obtenemos y no sobreestimar el valor que sale como segundo umbral ventilatorio (VT2). Si sucede esto, iremos con una potencia más alta de la necesaria y por tanto el pulso subirá antes.
- Aumentar el volumen de forma inadecuada. Cuando llevemos a cabo la planificación del entrenamiento tenemos en cuenta tanto el volumen como la intensidad. Parece que hacer Z1-2 hasta el infinito y más allá está de moda, pero tenemos que tener en mente que hay que aumentar el volumen de forma progresivo y con cabeza. Hay que conseguir que las adaptaciones fisiológicas sean las adecuadas y que nos permitan aumentar el volumen semana a semana.
- Si entrenamos en rodillo la ventilación y condiciones son esenciales para no sufrir ese desacople. Si no tenemos una ventilación adecuada y hace demasiado calor nuestro cuerpo sufrirá más y por tanto las pulsaciones se irán al cielo mucho más rápido.
Además de estos factores que influyen en un desacople, también hay otros como alimentación, usar vestimenta inadecuada, un mal descanso, deshidaratación, enfermedades…
¿Cómo valorar este desacople cardíaco?
El dato que ofrece esta variación cardiaca a lo largo del entrenamiento nos puede dar una ligera idea de si el trabajo que estamos realizando es el adecuado y está dando resultado. Pero para que esta medición sea más o menos fiable tenemos que llevar a cabo el entrenamiento con una serie de condiciones:
- Usar una potencia y velocidad constante.
- Evitar una orografía con cambios de pendiente. Cuanto más plano u homogéneo mejor.
- Evitar temperaturas extremas.
- Cuidar alimentación e hidratación…
En resumen, que sea una sesión de entrenamiento «plana y aburrida». Ya que si se incluyen factores que afectan al comportamiento de la frecuencia cardíaca el dato se verá alterado y no será fiable.
Foto de Aditya Wardhana en Unsplash