Sam Laidlow reflexiona sobre la «época dorada» del triatlón: más dinero, pero con un coste
El campeón mundial de IRONMAN 2023 analiza la evolución del deporte y los desafíos de la profesionalización
Sam Laidlow lleva 22 años compitiendo en triatlones, y cuando habla sobre cómo ha cambiado este deporte, sus palabras llevan el peso de la experiencia. Aunque este año podría verse limitado por problemas de salud y forma física, el francés no duda en afirmar que el triatlón ha vivido una «época dorada» en términos económicos, aunque advierte de los riesgos que conlleva la creciente profesionalización.
El boom económico del triatlón
El año pasado marcó un hito en el deporte, con carreras que aumentaron sus premios para atraer a las grandes estrellas. Atletas como la británica Kat Matthews —que en 2024 ganó $476,000 en nueve competiciones— demuestran que el triatlón ya no es un deporte amateur. Sin embargo, las cifras aún palidecen frente a otros deportes: el ganador del Tour de Francia recibe 500.000 euros, y Max Verstappen, campeón de F1, embolsó 75 millones de euros en 2023.
«No era demasiado dinero, era el equilibrio perfecto»
En una entrevista con TRI247, Laidlow reconoció que el triatlón tuvo un momento dulce: «Había suficiente dinero para ser profesionales, pero no tanto como para que los atletas se convirtieran en peones movidos por intereses económicos». Comparó la situación con deportes como la F1 o el ciclismo, donde los atletas pasan 250 días al año lejos de sus familias, entre viajes y entrenamientos.
«Sí, ganan más, pero ¿a qué precio?», cuestionó. «Los pilotos de F1 apenas tienen un mes libre al año. Nosotros teníamos un equilibrio perfecto».
El futuro: más oportunidades, pero también más presión
Laidlow celebra que ahora haya más circuitos y premios, lo que permite a jóvenes atletas soñar con vivir del triatlón: «Cuando yo empecé, esto era impensable». Sin embargo, advierte que la sobrecarga de competiciones y la presión financiera podrían cambiar la esencia del deporte.
A pesar de los beneficios económicos de los nuevos circuitos, él sigue creyendo que las carreras de un día tienen más valor a largo plazo. Pero, como profesional, reconoce la realidad: «Si hablamos de dinero, los circuitos son la mejor opción».
Mientras el triatlón sigue evolucionando, Laidlow deja una reflexión clara: el dinero ha llegado, pero el desafío ahora es mantener el alma del deporte.