Más allá de los miedos

A menudo escucho a deportistas justificarse con excusas trendy como “no tengo tiempo”, “tengo mala genética”, “tengo otras prioridades”, “esto de sufrir no es para mí”, “no es el momento”. Pero resulta que detrás de estas excusas, si escarbas un poquito aparecen miedos ocultos.

Es inevitable tener miedo. Y el mundillo de los deportes de resistencia no se queda exento de ellos. Están siempre presentes, especialmente en los principios, que como sabes nunca fueron fáciles. Pero también están presentes cada vez que subes un escalón a escala de exigencia, a veces la carga de tener experiencia puede suponer un miedo intrínseco.

Miedos básicos como: el miedo a caerse en la bici y no poder ir a trabajar el lunes, miedo a las aguas abiertas, miedo a lesionarse, miedo a no dar la talla, miedo a no cruzar la línea de meta, miedo a llegar el último, miedo a hacer el ridículo, y un largo etcétera de miedos.

Ante estos miedos, todos los seres humanos podemos reaccionar de tres formas diferentes:

Paralización: ante un miedo puedes no saber cómo reaccionar, quedarte como en estado de shock o incluso tomar la decisión de abandonar una acción y nunca volverla a repetir, evitando así enfrentarte a ese miedo. Por ejemplo: abandonar un triatlón en el sector de natación por no poder superar el miedo a las aguas abiertas. Sería quedarse siempre en la zona de confort.

Evasión: puede que evites tus miedos, incluso te autoengañes cubriéndolos con excusas. Por ejemplo, siguiendo el ejemplo anterior: no hago triatlón porque se me da mal la natación (realmente encubres el miedo a las aguas abiertas). Sería seguir también quedarse en la zona de confort pero, en este caso, evadiendo el miedo.

Superación: una vez asimilado un miedo, incluso puede que previamente hayas sufrido la paralización y la evasión, decides pasar a la acción y enfrentarte a ese miedo, intentando superarlo de forma progresiva, exponiéndote y, finalmente, superarlo. Una vez superado te das cuenta de que no era para tanto y que al otro lado de ese miedo, lejos de la zona de confort, está la mejora y la progresión.

Revisa ahora mentalmente todos esos miedos que tenías al principio de practicar triatlón y cómo los has superado y, sobre todo, lo bien que te has sentido al reventar la zona de confort enfrentándote a ellos. Y de eso quiero hacerte reflexionar en este artículo. En que no te sientas mal por tener miedos e inseguridades. Todos los deportistas los hemos sufrido y no por ello somos menos valientes. Si no que los miedos siempre estarán allí. Cuando lleves años entrenando, evidentemente no sufrirás por miedos que en su momento fueron fuertes, pero aparecerán otros. Pero como ya eres un experto en superarlos, pasarás a la acción y te harás cada vez más fuerte y resiliente.

Incluso a menudo la superación de miedos a través del deporte tiene mucha transferencia a la vida cotidiana. El hecho de superar miedos deportivos, te harán tener una mentalidad superior a la hora de afrontar las dificultades de tu día a día, sabiendo que para evolucionar hay que enfrentarse a los miedos.

Una vez asimilado el concepto de los miedos y cómo puedes reaccionar ante ellos, me gustaría que pensaras en un nivel superior de miedos. Podemos llamarlo “miedos trascendentales”. Serían miedos de un nivel superior, como más en el ámbito de mentalidad. Y coger esos miedos y convertirlos en tus motivadores de entrenamiento.

Voy a darte un ejemplo. Personalmente, tengo mucho miedo a estar viviendo los mejores años de mi vida y no ser consciente. En lugar de paralizarme o hacer ver que no tengo ese miedo, intento exprimir al máximo mi día a día en todos los niveles, desde lo deportivo a lo más personal. Es decir, que si mi miedo es no estar disfrutando de la mejor época de mi vida, paso a la acción para enfrentarme a ese miedo, convirtiéndolo en una motivación. Convierto un miedo en un PARA QUÉ?. Cuando me preguntan, ¿para qué haces triatlón? Respondo que para superar mi miedo a estar viviendo los mejores años de mi vida y no estar aprovechándolos.

Si eres capaz de entender que enfrentarte a tus miedos puede ser tu mayor motivación, nada ni nadie podrá pararte y tu zona de confort no tendrá límites.

Ahora solo tienes que encontrar tu miedo trascendental y convertirlo en tu motor de acción.

Un triatleta con miedos superados.

Toni López

@semprenforma_endurance_coach

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