¿Se nos está pirando la cabeza con la ciencia y la tecnología?

Hay un patrón común cuando las personas se inician en los deportes de resistencia. Primero, participan por amor a ello: el cumplimiento de un objetivo o el logro de una meta, la mejora física o mental que trae, o simplemente la rápida tasa de mejora que disfrutan, sin importar la edad.

Después de eso, puede volverse un poco complicado, especialmente si el objetivo es el rendimiento. La ciencia deportiva de cómo entrenar, dónde invertir tiempo y dinero, y qué equipamiento y equipo comprar a medida que las ganancias se vuelven más difíciles de conseguir, puede consumirlo todo.

A menudo vemos a los atletas obsesionados con un determinado método , por ejemplo, el entrenamiento polarizado , hasta que algo cambia o se rompe y se dan cuenta de que no era la panacea que alguna vez creyeron.

Las mentes se inundan de dudas, buscan otra solución y casi desapercibido, el deporte se ha vuelto altamente analítico y mucho menos divertido, la razón por la que comenzaste en primer lugar. ¿ Os suena familiar?

Todo esto es perfectamente natural. Ya sea que se trate de una diadema con incrustaciones de grafito que promete un enfriamiento más eficiente o de un dispositivo que pincha el lóbulo de la oreja para ayudar a medir el lactato en la sangre, es comprensible que nos dejemos influir por las experiencias de aquellos que prosperan. Sin embargo, rara vez cuenta la historia completa.

Todos vemos el éxito de los noruegos y sus experimentos con las pruebas de lactato a las que son sometidos Iden y Blummenflet, es ciencia. Los atletas populares nos volvemos locos y queremos imitar todo aquello que vemos en los Pro, no extrañaría que algún día alguno acabe en el túnel del viento con su cabra.

La ciencia y la tecnología en el deporte cada vez esta mucho más presente en nuestras vidas en el día a día y cada vez este tipo de inversiones nos cuesta menos. Potenciómetros de ultima generación, cascos aerodinámicos…

Y cuando hablamos de salud, ¿ por qué nos cuesta tanto hacer esa inversión?

Al final los únicos datos que importaron para Iden en Hawái fueron la capacidad de romper el récord de la prueba. Muchas de las sesiones establecidas por su entrenador a medida que se acercaban a la carrera le dieron al joven de 26 años la confianza de que podía correr un maratón récord de 2:36:14.

Esta claro que todos queremos ser competitivos y mejorar nuestras marcas, incluso hasta yo, pero quizás con esto de tanta ciencia y tecnología se nos empieza a los atletas trigloberos a olvidar un aspecto fundamental de los deportes de resistencia que es, ¡disfrutar!

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