5 beneficios de nadar en aguas abiertas

Nadar en el mar presenta algunas diferencias con respecto a hacerlo en la piscina. El mar es impredecible y cambiante y, por eso, cada día de práctica es una experiencia nueva. Es muy importante, en este sentido, ser precavidos y saber cuándo es una buena idea adentrarse en aguas abiertas o dejarlo para otro día. Las olas o las corrientes, pueden dificultar el desempeño de la práctica llegando a ser peligroso en muchos casos. Conviene, por tanto, no alejarse excesivamente de la costa, realizar previamente un calentamiento de movilidad que prepare el cuerpo para la acción y disponer de la equipación necesaria. Pero aún así obtenemos muchos beneficios

Beneficios

Mayor exigencia a nivel muscular

Como ya hemos comentado el agua en el mar es cambiante y, a causa del oleaje y las corrientes, ejerce una mayor resistencia frente al movimiento de tu cuerpo. Por este motivo, además de trabajar la musculatura de forma general, lo hace en profundidad, logrando unos resultados muy efectivos y notorios. Hacerlo durante un tiempo determinado y a buen ritmo, hace posible una quema superior de calorías dada la exigencia a la que somete.

Trabajo de resistencia efectivo

Las irregularidades del mar obligan a estar en alerta y movimiento continuo. No tienes la posibilidad de pararte a descansar en un bordillo, debes estar preparado para la acción a lo largo del trayecto. Por este motivo, se lleva a cabo un trabajo muy efectivo aumentando así la capacidad pulmonar y suponiendo un excelente trabajo cardiovascular.

Favorece sistema respiratorio

Nadar en el mar tiene efectos terapéuticos en personas con afecciones respiratorias y por eso es tan recomendable. La brisa marina está libre de polución, nos ayuda a respirar mejor y favorece la salud de nuestros pulmones. Los limpia y promueve la eliminación de toxinas.

Desconexión y calma a nivel mental

Nadar en el mar reporta una profunda sensación de bienestar posterior que favorece el buen estado de ánimo. Libera el estrés acumulado suponiendo un verdadero momento de desconexión en un escenario idílico. Si practicar actividades deportivas en la naturaleza ya tiene grandes ventajas, hacerlo en el mar incrementa la obtención de calma y paz interior. Es un auténtico regalo para los sentidos que no debemos obviar.

Aumenta la autoestima y la seguridad en uno mismo

Nadar en el mar es un verdadero reto que permite superarse a uno mismo a cada brazada. Cualquier persona puede practicarlo, incluso aquellas que no cuentan con una gran experiencia previa. No obstante, siempre deberán adecuar la práctica a sus circunstancias personales e ir aumentando la intensidad y la dificultad en función de sus progresos. La seguridad siempre es lo primero. Una buena idea para empezar es hacerlo en grupo, utilizar tablas y asegurarse siempre de no alejarse demasiado de la orilla. Incluso los nadadores más experimentados y acostumbrados a nadar en piscinas, necesitan un proceso de adaptación al mar.

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