Aclimatación y enfriamiento: aliados del rendimiento en climas adversos

Las condiciones climatológicas adversas en cuanto a elevadas temperaturas y humedad son factores determinantes que afectan directa e indirectamente el rendimiento físico. Además, la realización de ejercicio en condiciones de elevada temperatura y humedad incrementa el riesgo de alteraciones gastrointestinales durante el ejercicio, deshidratación, hiponatremia , y las consecuencias negativas para la salud de estas alteraciones.
Debido a los calendarios competitivos de distintas disciplinas deportivas es habitual que los eventos competitivos de mayor importancia se realicen en la estación de verano. De hecho, la estación del año es uno de los factores determinantes de la pérdida de sodio a través del sudor6. Además, es habitual que ciertos eventos se realicen en condiciones de humedad relativa elevadas como por ejemplo en ciudades cercanas al mar. Estas situaciones van a afectar al rendimiento deportivo, especialmente en atletas cuyos entrenamientos se realizan en lugares con menor temperatura y humedad. Por ello, existen diversas estrategias de aclimatación o enfriamiento que podrían ser de gran utilidad para prevenir la deshidratación y mantener el rendimiento físico.

Estrategias de aclimatación

Realizar una fase de aclimatación a las condiciones climatológicas del lugar donde se va a competir sería un aspecto fundamental para optimizar el rendimiento del atleta. La estrategia de aclimatación más conocida consistiría en entrenar durante semanas-meses previos en situaciones climatológicas similares a las competitivas5. Sin embargo, esto no siempre es factible.
Otras alternativas podrían incluir la realización de entrenamientos a cargas moderadas o constantes en situaciones controladas de humedad y temperatura (por ejemplo, aire caliente), tratando de exponer al organismo a un entorno que incremente la temperatura corporal5.
Además, diversos atletas realizan sus entrenamientos en situaciones indoor (por ejemplo, polideportivos). Por ello, en el caso de que los eventos competitivos se realicen al aire libre con una exposición directa del sol, la inclusión de sesiones entrenamiento con exposición directa al sol podría ser otra estrategia de gran utilidad5.
Por último, la exposición al calor mediante baños calientes, saunas o baños turcos (elevada humedad) sería otra de las estrategias utilizadas para la aclimatación 5. Esta exposición al calor se podría realizar de forma pasiva en situaciones que no exista el componente del ejercicio (por ejemplo, días de descanso), o bien realizándose inmediatamente tras realizar sesiones de ejercicio en ambientes frescos5.

Estrategias de enfriamiento externas e internas

Sin embargo, es importante tener en cuenta que las estrategias de adaptación al calor deben ser estrechamente monitorizadas para evitar potenciales consecuencias negativas para la salud. Frente a ello, surgen distintas estrategias de enfriamiento, tanto externas como internas, que podrían mejorar el rendimiento en situaciones calurosas 7,8. Estas estrategias tienen como objetivo compensar los incrementos en la temperatura corporal producidos por el ejercicio y mejorar la percepción térmica5.

Las técnicas de enfriamiento externas incluyen el enfriamiento de prendas (por ejemplo, toallas heladas, chalecos helados, chalecos de enfriamiento), la inmersión en agua fría, el uso del ventilador (por ejemplo, durante calentamientos), o el uso de cremas, geles o esprays con sustancias que permitan un enfriamiento perférico (por ejemplo, mentol) 5. Estas estrategias son utilizadas principalmente antes del ejercicio físico y podrían mejorar la percepción térmica y van a mejorar la disipación de calor hacia la piel5.

Las técnicas de enfriamiento internas disminuyen la temperatura y disipan el calor a través de la ingesta de fluidos fríos o hielo 5. De esta forma, ingerir agua a temperaturas frías o bien granizados (ice slurry) podrían tener un efecto directo disminuyendo la temperatura central y mejorando el balance de fluidos previniendo tanto una hipertermia (incremento elevado de la temperatura corporal) como una deshidratación5.

Por último, en situaciones de elevadas temperaturas y humedad es aún más importante prestar atención a las estrategias de hidratación e ingestas de electrolitos antes, durante y después del ejercicio. Por ello, en el caso de que se incluyan bebidas isotónicas o hipertónicas, el ingerirlas a temperaturas bajas o en forma de granizados podría ser una estrategia sencilla, útil y efectiva ante estas situaciones climatológicas adversas. De esta forma, además de planificar el timing de estas ingestas, el control de la temperatura, por ejemplo, llevando neveras o recipientes que permitan mantener las bebidas frías sería una recomendación práctica adicional

Conclusiones

El rendimiento se ve disminuido en ambientes calurosos y/o húmedos. Aunque incluir estrategias de aclimatación puede ser útil ante esta situación, estas no son siempre factibles. Por ello, incluir estrategias de enfriamiento internas (por ejemplo, bebidas frías o granizados) podría ser una alternativa útil y sencilla para atenuar los posibles efectos negativos de las condiciones climatológicas adversas.

Extraído del blog de crowsportnutrition

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