Juan Carlo
En una mañana espectacular en el pantano de Riofrío de Riaza, a punto de saltar al agua, escuché aún chaval relatar como debutó en un Triatlón. Era un media distancia y sin tener experiencia termino el Half de Peñíscola, me impresionó la alegría y pasión que transmitía al contarlo.
Meses después en el curso de entrenadores de triatlón de la Federación Madrileña, lo volví a ver con la misma energía y el mismo sentido del humor, parecía que el destino volvía a unir nuestros caminos. Desde entonces compartimos el mismo entusiasmo por el deporte y el triatlón.
¿Cómo llegaste al triatlón?
Viajaba mucho y pasaba casi 6 meses al año fuera de Madrid así que era difícil entrenar cualquier deporte, a lo mucho salía a correr, pero de manera intermitente.
En 2018 dejé de viajar y cuando me disponía a entrenar para hacer una maratón, en mi gimnasio se creó un club de triatlón y como no sabía nadar lo vi como un reto mucho más grande que solo correr una maratón. Así que fui por ello.
¿Cómo lo compaginas con tu vida diaria?
No es fácil la verdad, entre que trabajo de 8 a 9 horas al día y la familia entrenar resulta difícil. Por ello toca sacrificar horas de sueño ya sea madrugando mucho o entrenando al final del día.
¿Perteneces a algún club?
Si, al GoFit de Montecarmelo.
¿Los entrenamientos mejor sólo o acompañado?
Acompañado es siempre mejor ya que tus compañeros de entrenamiento te llevan a mejorar y te motivan, pero compaginar horarios no siempre es sencillo así que muchas veces toca salir solo automotivarse y cumplir el entrenamiento.
¿Cuál fue tu debut en una prueba? ¿Cómo te sentiste?
Fue en Peñíscola 2019 un media distancia, mi reto era conseguir salir del mar antes del tiempo de corte por lo cual los nervios eran intensos pero las ganas podían más.
La verdad es que no había entrenado lo suficiente, me centré en la natación y olvidé lo importante que es la bicicleta porque 90km no son pan comido. Al menos la alimentación la llevé bien y la carrera fue llevadera, el objetivo era terminarla así que por ese lado bien. Durante la prueba sentí de todo, angustia al enfrentarme al mar y a toda la gente que nadaba que te daban patadas o golpes (acojonado) luego salí del mar y tuve un subidón que se me quitó en la primera cuesta de la bici, luego ya todo era modo supervivencia [risas].
¿Cuál fue la prueba que más has disfrutado?
Cada prueba tiene sus cosas buenas y sus momentos difíciles, la de Riaza me gustó mucho porque el agua estuvo genial para el calor que hacía y pude correr rápido al final aunque se acabó pronto.
¿Qué te aporta en tu día a día el triatlón?
Equilibrio, el deporte es salud no sólo física sino también mental. Me ayuda a desconectar de todo y darle equilibrio a mi día a día. Entrenar es para mí un momento zen.
¿Qué le dirías a alguien que quiere hacer un Triatlón por primera vez?
Empezar de menos a más, creo que no es bueno plantearse hacer un ironman de golpe, sino que considero que se deben ir quemando etapas ya que el cuerpo necesita adaptarse a tantas horas de entrenamiento. Además, luego terminas tan agotado física y mentalmente que lo dejas.
¿Qué objetivos tienes para el futuro?
Larga distancia, tarde o temprano sé que llegará, pero antes debo hacer unas cuantas pruebas más de media distancia y sobre todo buscar el equilibrio exacto para poder entrenar como quisiera.