La dieta de Kipchoge

 Correr 42,2 kilómetros a velocidad sostenida es una de las competiciones de mayor resistencia, y por ello exige el gasto de una gran cantidad de energía por parte de los atletas.

Kipchoge sólo ve a su familia, que reside en el municipio colindante de Eldoret, los fines de semana. El resto del tiempo convive con otros atletas del equipo NN Running en el campamento de Kaptagat, donde las habitaciones son dobles y «ni tan siquiera hacen falta los cuchillos», explica Marc Roig, fisioterapeuta del equipo, «porque siempre se come lo mismo». «Arroz con alubias para el almuerzo e ugali (masa de maíz muy habitual en Kenia) con carne o vegetales por la noche. Es monotonía pura y dura que a nosotros nos costaría mucho aguantar pero, que para ellos, son condiciones similares a las que vivían en sus casas», describió Roig.

Una dieta monótona, la cual, al resto de los mortales nos parecería aburrida y hasta cansina pero, ¿podría ser esa una de las claves de su éxito? Pues no lo sabemos, lo que sí podemos decir es que cuanto más complicado lo queremos hacer y más modas queremos seguir es casi peor. ¿No será que aquí sí que aplica aquello de «menos es más»? En lo simple se encuentra a veces lo perfecto. Tampoco lo sabemos, pero sí sabemos que se pierden muchas energías intentando saber qué es lo que vamos a comer ese día, ¿no os habéis preguntado algunas veces eso de qué me hago para comer?¿qué como después de una competición?¿y antes? y ¿esto no puedo? ¿puedo? Muy complicado a veces.

Qué pasaría si simplificáramos un poco más las cosas, creo que nada si el «recordman» del mundo de maratón puede, no creo que a los demás nos pasase nada, quizás que nos aburriésemos comiendo casi siempre lo mismo, no puedo confirmarlo, no soy nutricionista, pero a la vista está en cuanto a resultados y a salud.

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