Transforma lo ordinario en extraordinario
Vaya por delante que escribo este artículo como una especie de terapia. Que algo que me dice una persona muy cercana y querida lo quiero verbalizar, en este caso escribir, y compartirlo con vosotros.
«Disfruta de lo ordinario, vive lo que tienes»
El hombre es un animal que, habitualmente, no se conforma con lo que tiene. Que su día a día no lo suele disfrutar y siempre sueña con otras cosas. Y cuando consigue esas cosas ya está soñando con otras. Así, periódico como diría un matemático.
Yo soy de ese tipo de personas. Me pasa en el trabajo, me pasa en el deporte y en el día a día. No termino de vivir el presente y ya estoy soñando o idealizando otras cosas. Ojo, soñar no es malo. Lo malo es que te impida ver, vivir y disfrutar de lo que tienes. Por eso lo escribo ahora y aquí, para tener un sitio donde leerlo y para compartir por si a alguien le pasa.
Y esto, ¿cómo lo aplico al triatlón?
Fácil, somos populares. Por mucho que estes federado, no vives de esto, por lo tanto eres un popular. Cuando competí por primera vez en un tri fue en el Ecotrimad, cuando se hacía en Buitrago… Sí, un triatlón en Madrid y fuera de la Casa de Campo. Ahí me di cuenta de que en este pequeño mundo deportivo se puede soñar, pero tener los pies en el suelo es algo muy importante.
Podemos gastar en material, y todo el mundo es libre de hacerlo, o ir a las carreras que queramos/podamos. Soñar es gratis, pero en mi caso vivir en lo ordinario es mucho más importante, aunque a veces sea frustrante. Frustrante porque ves que no tienes ese material que tanto quieres, la bici de montaña o la «cabra». Frustrante porque no puedes, por ahora, irte de fin de semana a competir fuera de casa varias veces al año.
Pero lo importante es transformar esa frustración de mal soñar en un planteamiento positivo. Darle la vuelta a la tortilla. Disfrutar de los pequeños placeres de lo ordinario. Puede que no vaya nunca a hacer un stage en Lanzarote o en la Oliva. Pero si que puedo hacerlo en casa. Puede que nunca tenga una piscina de 50 metros o que nadar en aguas abiertas sea algo anecdótico en mi vida deportiva. Puede que nunca llegue a tener una «cabra». Toca saber disfrutar de lo que tengo, hacer de eso que parece ordinario algo extraordinario.
¿Y cómo lo hago?
Lo primero es plantearte por qué haces deporte. Cual es el objetivo. Por qué te levantas del sofá para correr, pedalear o nadar. Una vez respondida la pregunta verás que es más fácil transformar tu día a día en un increíble stage de entrenamiento.
- El grupo de entrenamiento es una gran forma de darle ese toque de extraordinario. Hacer deporte con gente, disfrutar de las conversaciones, entrenamientos, risas, quedadas, competiciones internas… Te lo dice alguien que entrena solo. Si tienes amigos en este mundillo no los sueltes. Dales caña y disfruta con ellos.
- El material que tienes es el que es. Puede que sueñes con una bici mejor, con un neopreno mejor, con las zapas de Adidas que solo valen para una maratón. Ya te aviso, lo importante es el indio, no la flecha. Sal de Matrix y ven al mundo real. Mi recomendación en material es que este sea acorde al deportista.
- Descubre tu entorno. Antes vivía en Madríd. Con la bici era Casa de Campo, el Pardo o Carril Bici. Ahora donde vivo tengo muchísimas posibilidades para rodar. Tantas que el rodillo ha quedado en segundo plano. Simplemente usar herramientas como Google Maps o Cronoescalada para descubrir nuevas rutas hacen que cada día sea diferente y ya no te cuento si también te planteas encontrar el mejor pintxo de tortilla de la zona.
- Tu realidad, mi realidad, es la que es. Con sus limitaciones, sacrificios, horarios… No lograremos ser Pello Osoro, que mete las mismas horas al triatlón que al trabajo. Puede que, como mucho, logremos 7 horas semanales y con eso es con lo que nos toca jugar. Disfrútalas, saborea cada minuto que estas haciendo lo que más te gusta.
- Las carreras son las que son. Lo más seguro es que tengas que escoger aquellas a las que puedas ir y volver en el día. Correr todos los años las mismas. Seguramente haya una o dos excepciones a lo largo dle calendario.
Y terminada esta «txapa» ya os dejo tranquilos. Recordad que es más para mí que para vosotros. Que hay que vivir lo ordinario siempre con una sonrisa. Que tal vez nunca puedas hacer un tri de la franquicia IRONMAN o el de Astudillo (momento spam: mirad lo que se va a liar este año: el TRIFUN). Que las zapatillas no serán las del último año o la bici tendrá ya casi una década.
Abraza lo ordinario y vívelo como si fuese extraordinario.