Triatlón Riaza 2021
Este fin de semana se celebró la décima edición del triatlón de Riaza en sprint y olímpico y los trigloberos nos acercamos a disfrutarlo. Desde la llegada ya se vivía muy buen ambiente y durante todo el recorrido había gran cantidad de gente animando, algo que siempre se agradece, la organización impecable y desde aquí les felicitamos porque no es sencillo organizar un evento con tantas personas involucradas en estos tiempos.
Al llegar justos y ,como no, finalizar de los últimos, apenas pudimos grabar nada pero aún así hemos hecho este pequeño video:
Mi crónica
Aunque no estaba con muchas ganas de competir, como comenté, el día empezó bastante temprano y animado por los compañeros del club. Llegamos con el tiempo bastante justo y tras recoger los dorsales dejamos en la T1 el material necesario para la carrera, allí mismo nos dicen que se iba a nadar sin neopreno lo que me llamó bastante la atención ya que hacían unos 14ºC e incluso con chaqueta se notaba el fresco.
La natación se realiza en el embalse de Riofrío un lugar increíble en el que merece la pena nadar, tuvimos que subir en bicicleta unos 6 kms pero se hizo muy ameno y también nos vino bien para reconocer la bajada que íbamos a realizar tras la primera transición ya que había un par de curvas cerradas. El agua estaba perfecta de temperatura y hasta rica cuando dabas algún trago involuntario, las sensaciones nadando fueron muy buenas, aunque mi tiempo no tanto algo para analizar. Una T1 sin problemas, pero bastante lenta y un comienzo de bici en bajada que húmedo te deja tiritando, a los 5 kms veo una señal con tiza previa a un socavón y me desvío con tan mala suerte que pillo un buen bache yendo sentado bastante rápido que hace que se me reviente la cámara. Casi seguro que fue mi culpa por ir al límite con las presiones, cosas de principiante, en una curva cercana el público me chilla que voy pinchado y me bajo de la flaca a cambiar la cámara.
El día anterior, obsesionado con el peso de la bici, pensaba que subía un puerto de primera, quité todo gramo extra que pude de la bici, yo cené pizza y helado, y en lugar de dos cámaras llevé una, en lugar de bomba llevé Co2, fui sin herramienta, en fin, casi un Diego Rodríguez, qué crack, en toda regla. Pues bien, para otra aventura me queda claro que me llevo el mismo material que cuando entreno, al ir a cambiar la rueda yo temblando del frío y de los nervios no atinaba a quitar la rueda trasera y si no es por una persona del público que se acercó y se llenó las manos de grasa echándome una mano no la saco. Eso sí, globerada total al cambiar la cámara y usar el Co2, me pegó un reventón ya no sé si por haberla pellizcado por las prisas o darle mucha presión. En ese momento tuve claro que la prueba se había acabado para mí y que me volvía andando a la meta. Sin embargo, el mismo hombre que me ayudó me dice que tiene una cámara en el coche y además una bomba de inflado y que si me espero me la trae. En ese momento no doy crédito y le digo que espero lo que haga falta, faltaría más, un chavalín y una chica que creo que era sus hijos corren con él al coche y me traen todo lo necesario para el cambio. Imagino que si me pillan me excluyen de la prueba pero qué gusto encontrar gente así. No es la primera vez que me salvan de quedarme tirado en la carretera, pero en una carrera ya es buena suerte la mía, desde aquí ¡Muchas Gracias!
Tras retomar la marcha y ver el coche escoba a escasos metros me dediqué a intentar recortar un poco los más de quince minutos perdidos, aunque ya la exigencia no era la misma este sector no se me dió mal, la bici creo que es donde mejor voy dentro de lo paquete que soy. Al ser un circuito y poder ver a los compañeros, aunque me llevasen una vuelta siempre ayuda, me motivó a no dejarme llevar y seguir empujando. La subida es también en un entorno lindo y ameno. Yo, que me muevo más por secarrales, aunque esperaba más dureza porque al final es más un falso llano que pica hacia arriba que una subida en si.
T1 rápida para ser la segunda que hago y primer kilómetro y medio en ligera subida que ya me hace poner mi ritmo natural pero exigente para el coco y los talones en ese momento y esa fue mi velocidad crucero hasta la meta. El recorrido de la carrera no es muy allá pero apenas tiene desnivel, una tachuela tras una ducha manejada por un respetuoso señor que te preguntaba antes de darte el manguerazo, y poco más.
Iba muy cruzado por el tiempo perdido, pero enseguida relativicé y disfruté de la prueba, que lo merece, además así tengo un tiempo mejorable para el año que viene porque fijo que repito.